martes, 29 de abril de 2014

Escenario tripartito: el Frente Amplio UNEN, Massa y el FpV/PJ en la mesa de arena

No existen todavía sondeos que midan cuál podría ser el impacto electoral del nuevo Acuerdo Cívic… Frente Amplio UNEN. Cualquier intento de numerología exótica colisionaría, además, debido a lo inconcluso del armado, cuando resta por saber si el PRO de Macri se sumará y cuál sería entonces la reacción de los elementos de pretendida centroizquierda. Existen más factores, pero algo es seguro sin embargo: obliga a todos a recalcular. Era poco lo que podíamos esperar del pan republicanismo o del no peronismo cuando –no hace mucho– parecía que la pelea se dirimiría entre Scioli por el oficialismo y Massa por la oposición. Ese sólo dato basta para reconocer que lo del radicalismo, el socialismo santafesino, Carrió y adláteres constituye un éxito. Moderado, momentáneo, efímero quizás, incapaz de quebrar fatalmente esperanzas en caso de implosionar, pero indudablemente manda a revisar el mapa en la mesa de arena y a repensar estrategias.

El republicanismo que come peronismo y no convida ¿tendrá un sapo en la barriga?

Como señalábamos, la posible emergencia de un escenario tripartito constituye un gol para la oposición no política y mediática, al introducirse un elemento más que fortalece las chances de un ballotage y la consecuente capitalización de una pseudo-colectora, que tribute votos a cualquiera fuera la opción opositora en una hipotética segunda vuelta. Y así, con poco esfuerzo, encontrar en 2015 un gobierno políticamente anémico en comparación a los gobiernos kirchneristas. Aunque la propia dinámica parezca tender a ello, a little help from their friends es siempre bienvenida. Ya analizamos cuáles pueden ser sus perspectivas. Ahora, niegan ser la Alianza… y tienen razón, debo decir: para ser el frente UCR-Frepaso de 1997-1999 deberían sumar sí o sí a Macri y/o Massa (y que el otro se bajara).

Nuestro Capriles fue De la Rúa/Álvarez.

Cuando luego de amagar durante meses, en junio de 2013 Massa finalmente quebró con el kirchnerismo, la esterilidad del campo opositor era un dato incuestionable y a ser explorado. Luego del 54% de 2011 el oficialismo descansó demasiado en esa ventaja. El cálculo del massismo preveía cierto cansancio hacia los oficialismo en todas las instancias, peronistas en su grandísima mayoría, verificado luego en las legislativas y en otras elecciones. Entonces Massa, inteligentemente, no cuestionó a Pagni y fue por la representación republicana húerfana, a sabiendas de que su pertenencia al peronismo le aseguraría soporte a partir de diciembre de 2015 en caso de triunfo. Quiso ser, ante el kirchnerismo, lo que la Alianza frente al menemismo: su contracara cultural prometiendo mantener los lineamientos principales del modelo. Así como De la Rúa y Álvarez serían los continuadores del menemismo sin Menem ni el incómodo peronismo, Massa pretendió (¿pretende todavía?) constituirse en la opción republicana, con promesa de gobernabilidad, encarnando además su propia pata peronista, y continuar de algún modo al kirchnerismo sin Cristina ni La Cámpora. El peronismo, por supuesto, debería adoptar el nuevo avatar, aunque este reconfigurara la política exterior mirando hacia Washington o prometiera redistribuir –pero no como el kirchnerismo los márgenes del crecimiento económico sino esta vez directamente– el poder, ese monopolio de las decisiones que es lo que mayor irritación provoca entre quienes pueden adjudicarse gran influencia sobre la mano invisible del Mercado.

Frente a una posible convergencia entre FA-UNEN y el PRO, el campo republicano, antikirchnerista, sobre el que intenta (¿intentaba?) construirse el massismo casi en soledad (apelando kirchneristamente a la anomia no peronista), se encuentra ahora habitado por estas dos opciones, que deben pugnar en una disputa que es válido presumir como de suma cero. Ello estrecha el campo de acción del Frente Renovador a nivel nacional y debería conducirlo hacia un retorno a su leitmotiv 2013: la renovación del peronismo de la provincia de Buenos Aires, importante como es de cara a las elecciones generales.

Termodinámica pura, peronismo al palo.

La emergencia del massismo, el pasado año electoral, reactivó al peronismo adormecido a pedir de boca de Cristina. La irrupción del frente republicano operará en igual sentido, fortaleciendo la tendencia hacia la aglutinación. En un delicado camino de equilibrio entre la gobernabilidad (bidireccional), e incrementando poco a poco su autonomía –en un proceso que, creo, tendrá su punto cúlmine a más tardar a principio del segundo trimestre de 2015–, el partido justicialista da pasos que demuestran la comprensión de los desafíos que implican el FR y FA-UNEN(+PRO). Como dijimos, es el único que puede intentar revalidar en octubre sin enfrentar un segundo turno que lo coloque a la defensiva frente a la convergencia del antikirchnerismo. Esto solo puede estimular el repliegue defensivo que se observa, luego de más de una década en la que gozó de centralidad absoluta, aún con disputas intestinas. Y entonces se suceden sin solución de continuidad las distintas señales. Pablo Ibáñez retrata en Ámbito las tensiones que intenta contener (y acumular) el peronismo actualmente, postulándose en modo superador del avatar frentista del FpV. Nada descabellado, nada rupturista, sólo la traducción de la búsqueda de un nuevo equilibrio que represente las posiciones de fuerza de la actual coalición, ya insinuadas en los acercamientos de Scioli al cordobesismo delasotista, en el reconocimiento de Juan Manuel Urtubey a la necesidad de incorporar a Romero a la ecuación peronista con vista a 2015 o en las declaraciones del moyanista Omar Plaini. Rodríguez Saá mandó también un mensaje encriptado en un Voyager hacia Saturn… hacia el peronismo: “el oficialismo va a tener un candidato y Clarín va a tener otro candidato. No me gustaría estar con ninguno de los dos”, dijo, fijándose un precio interesante. Comprender hacia dónde se dirigen las aguas del río turbio de demandas sociales y sintetizarlas es imperativo para cualquier fuerza que pretenda hacerse acreedora del sufragio y residen en el ADN del peronismo. Y para ello el barco debe estar –saludablemente, pensamos– más fuerte y armado.

También los sectores más decididamente ortodoxos del kirchnerismo comprenden el actual escenario, aunque para la militancia todavía ensayen discursos de barricada como el de Zannini. Es a ellos a quienes Scioli intenta convencer diciendo que “es el momento de estar unidos por (…) la victoria en 2015”. Mientras, Urribarri no termina de despegar y Randazzo toma esa posta, recostado en su gestión del transporte metropolitano (que lo posiciona mejor en la PBA) y en diferenciaciones que irán, creemos, en dirección de las demandas de su área de influencia bonaerense. La carrera a 2015 está lanzada y sólo el Mundial le pone algún freno suave.

TEG, Go, el Juego de la Silla o el Chinchón.

Más allá de las estrategias de instalación de los candidatos, las sugestivas selecciones de enemigos nos permiten inferir buena parte de los escenarios que las distintas fuerzas pretenden construir o en las que pretenden –piensan– pescar mejor:

El FpV contra FA-UNEN, para convertirlos en la opción antes y en desmedro de Massa.
El Frente Amplio UNEN contra Massa, disputando el voto sobre el que avanzó el Frente Renovador, republicano y en oposición al kirchnerismo.
El Frente Renovador contra Scioli, en su intento por sacarlo del campo de juego y hacer usufructo de la representación peronista y del centro justo de la “continuidad con cambios” al que no pueden acceder sin desdibujarse mientras DOS participe de la contienda.
Scioli contra… ¿quién? ¿Se toma un cafecito nomás?

No. Sea DOS o algún otro, lo que no puede demorarse más allá de finalizado el campeonato de fúchibol es el esbozo de un panorama de futuro. Defender lo logrado está muy bien, somos todos campeones de la enumeración, pero vimos en 2009 y en 2013 cuánta razón tenía Ricardo Tapia al cantar que “no me alcanza, hermano, se necesita un poco más”. Apelar al conservadurismo del voto en elecciones ejecutivas es una apuesta magra y, pensamos, perdedora por demás.

7 pusieron huevos y comentaron:

rib dijo...

tenemos el plano y el manual de uso

http://rib-moregeometrico.blogspot.com.ar/2012/06/colores.html

si será con macri o con de gennaro veremos
pero el problema de los tres cuerpos
no tiene solución racional

p.d. :
no todo es macri en este juego
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-245134-2014-04-29.html

Ikal Samoa dijo...

Decís que no hay que apresurse pero aventurás un escenario tripartito? En que quedamos?

guido dijo...

El escenario tripartito había quedado en buena medida marcado en las PASO y generales de más de una provincia. Faltaba que se aviven en el centro, nada más.

Es cierto que el FAU va a tender a comerse el engorde vía republicanismo del FR, pero me pregunto si ese engorde no tenía, de cualquier modo, límites objetivos. Pienso en la autoconstrucción massista de los últimos meses, virando al dra. pignatismo radical. Sus críticos (eu p.e.) enfatizan lo que de irresponsable y violento tiene ese acercamiento a la inseguridad. Pero quizás su centro no sea ese sino el antielitismo populista. La elección de Zaffaroni como enemigo (al mejor estilo K) es un buen ejemplo: un intelectual aristocrático, podrido en plata, miembro de número de La Corporación, progresista finoli y trasca puto. Me pregunto hasta donde ese discurso plebeyista y antiintelectual podía realmente crecer en el campo "republicano". Es un ataque directo a sus más íntimas fantasías sobre el funcionamiento del mundo. En cambio, la reacción elitista de buena parte del oficialismo nos dejó a varios pedaleando, aún desde la antipatía ante la irresponsabilidad del FR.

Si el FR no disputa electores con el FAU, es obvio con quien lo hace. Para el FPV el desafía es recuperar los votos fugados al FR, especialmente en la provincia de Buenos Aires. En ese sentido es de celebrar que se esté tendiendo a abandonar el antisciolismo infantil.

El problema que le veo a Daniel, sin embargo, está en tu último párrafo. ¿Puede expresar algo más que continuidad moderada o "alvearismo"? En 2015 va a haber un cambio de gobierno por primera vez en 12 años, aún si continúa el oficialismo. ¿Que le va a prometer a Ricardo Tapia? O, mejor dicho, ¿Entenderá que DEBE prometer algo? Es un mundo nuevo para él.

abz

Javier dijo...

Si Capriles fue la alianza noventista , Menem era el chavismo , duhalde era el chavismo o Cavallo ?

Particulares 30 dijo...


Coincido con tu comentario. Escenario tripartito, falta de nuevos sondeos, cuanto suma y cuanto puede restar el Pro, Massa- Scioli, necesidad de recalcular.

Esperar la implosión del otro, lograr un discurso claro que represente las necesidades de la gente y hacer promesas parecen ser las cuestiones dominantes que pueden definir el batacazo. También algo no menor que influye en el campo político, es la nube de polvo que levanta realidad del país producto de la seca y el andar del pato rengo. Parece que nuestro imaginario nos incita a la espera porque nos quedamos sin ideas.

Pero en esta realidad compleja, no se menciona como relevante la presencia de un grupo de poder que está saliendo a buscar y a exigir, es el movimiento obrero organizado. Este sector que en esta última etapa por decisión del gobierno no cotizó en bolsa y fue tan solo una nota de color, es determinante. El hipervínculo que indicaste de Plaini para mí es lo más importante. Si bien el sector obrero parece estar dividido son más las coincidencias que los desencuentros. Si se produce un acuerdo cosa no poco probable y deciden hacia donde debe ir la cosa, la cuestión estará mucho más clara.

Por eso creo que todos los peronistas debemos proponer e incentivar esa idea, en lugar de sumergirnos en especulaciones al pedo (Que lo hagan los otros).

Si la máquina la carga un boludo (y todos tenemos algo de boludos) las conclusiones y sus resultados también serán boludas.

profquesada dijo...

Coincido en general, pero me parece necesario señalar que ese escenario tripartito existe hoy, aventurar que sobrevivirá hasta octubre 2015 me parece demasiado. Especialmente en el caso de la alianza FAUNEN. Habrá que ver que impacto interno tiene la evolución de las mediciones, de hecho hay indicios de que la alianza no cosechará lo que se espera de la simple suma aritmética, amén de las tensiones que introducen Cobos y Carrió que juegan su propio partido con la alianza como pantalla.

Ricardo dijo...

Disculpen el silencio de radio (?) pero me tocó una semana atípica y demandante.
Aunque parezca raro, coincido con los comentarios que, me parece, enriquecen el post.

Ikal: creo que podría haber respondido algo parecido a lo que dice Guido.

Javier: no es lineal la historia. Eso es demasiado marxista, ja.

Abrazos.