martes, 21 de enero de 2014

Argentina y el Club de París

Para la ortodoxia heterodoxa K (es decir, para quienes piensan que únicamente medidas heterodoxas pueden ser denominadas kirchneristas y no una traición), muchas de las últimas resoluciones en tren de implementación, en lo que respecta a deuda externa, pueden parecer capitulaciones del gobierno argentino frente a nuestros acreedores (si estuviéramos en 2011 Pino Solanas estaría recolectando algunos votos merced a su prédica de no pagar la deuda). Los conmino a abandonar el romanticismo económico. Ahora.

(...)

¿Ya lo hicieron? Ok. Recapitulemos un poco: arreglo con el CIADI, acuerdo con Repsol por la expropiación de YPF, negociaciones con el FMI por un nuevo índice de precios próximo a efectivizarse y ahora la búsqueda de un acuerdo con el Club de París. Lloren. Pero reconozcamos que se trata de una necesidad y no de una convicción de política económica. ¿Qué ocurrió hasta ahora? Poco más que una charla en la cual el equipo económico argentino presentó algunos lineamientos que el Club de París estudiará mañana sin estar obligados a una respuesta formal. Los medios antikirchneristas hablan de fracaso en la negociación, vamos entonces a los internacionales y leemos en el Wall Street Journal que la secretaria general del Club de París, Clotilde L'Angevin dijo que "Argentina presented some main principles that could serve as a basis for a repayment proposal by Argentina to the Paris Club. This meeting was an opportunity to share views and positions".

Como hay poco más que decir, aprovecho para puntualizar que en este blog ya habíamos señalado en reiteradas oportunidades la necesidad de arreglar el frente externo. Por ejemplo"...quien esto escribe cree que está llegando el momento de hacer efectiva la razón de la selección de Lorenzino al frente de Economía y arreglar con el Club de París. Claro, no significa pregonar el viva la pepa endeudatorio, sino direccionar la inversión para el desarrollo...". O también este comentario que subimos del Cap. Medibacha: "...Aseguraría estadísticas confiables en el Indec en el plazo inmediato...". Pueden dar una vuelta también por aquí: "Apuntes sobre economía política/política económica" y "En economía no se trata del relato". ¿Ortodoxia? Y sí, en política (y la economía forma parte de ella) el principismo es a veces enemigo de los resultados. De todos modos, no se tratan de soluciones mágicas, como suelen plantear los propagandistas neoliberales, sino de principios, de bases para incrementar el ingreso de divisas y frenar el drenaje de las reservas en el BCRA, con el objetivo de afrontar con tranquilidad los conflictos externos que, vale repetirlo por enésima vez, este gobierno está solucionando y no generó.

6 pusieron huevos y comentaron:

Norberto dijo...

En el sentido del último párrafo acabo de comentar lo siguiente en el post "Último Tango en ...", en lo de Abel

Norberto dice:
enero 21, 2014 en 11:37
Yo volvería al viejo “Paris bien vale una misa”, teniendo en cuenta que esta negociación tiene varias idas y vueltas en estos últimos años, y me gustaría ver los resultados antes de comentar, dado que todo lo que se diga puede ser “precoz”.
Nunca menos y abrazos

Responder
Norberto dice:
Tu comentario está pendiente de moderación.
enero 21, 2014 en 15:12
Voy a agregar algo, que tal vez no guste a quienes veo relamiéndose, arreglar con el Club significa abrir una fuente de financiamiento de obra pública, que se recibe en divisa y se paga en pesos, y ademas del crédito para empresas de ese palo quitando presión al mercado financiero argentino.
No tengo idea si es que se utilizará para otros fines ese arreglo, como ven hay muchas puntas que recorrer.
Nunca menos y abrazos

Lo que quiero decir es que muy probablemente la salida no sea ni enteramente ortodoxa ni enteramente heterodoxa, sino como siempre pragmática.
Nunca menos y abrazos

profquesada dijo...

Todos los puntos que señalás (y algunos otros que habría que incluir), son temas pendientes desde hace mucho tiempo, demasiado, y por supuesto está bueno que se encaren. Ortodoxia o heterodoxia? me parece una discusión sin mucho sentido cuando se trata -en su mayoría- de arreglar cuentas pendientes con "acreedores e instituciones financieras externas". El camino elegido no tiene nada que ver con la genuflexión a la que nos tienen acostumbrados los "ortodoxos". Para empezar, a mí me basta con eso.
Hay otros asuntos pendientes que son internos y que también están postergados, entre ellos una reforma del sistema financiero y del control de las exportaciones. Allí me temo que la ortodoxia que mayormente se ha venido aplicando y que consiste en dejar las cosas como están ya no se sostiene más.
Un abrazo. Concuerdo totalmente con el post.

Ricardo dijo...

Norberto: sí, precisamente a lo que señalás respecto a dólares/pesos también nos referimos. Por eso las charlas con el Banco Mundial hace poco...

Profe: bueno, hasta los diarios opositores andan recordando que el gobierno argentino ya intentó comenzar negociaciones en 2008 y 2010. Crisis mediante, no se dieron. Esperemos que ahora sí, y de la mejor manera posible para Argentina.

Abrazos.

Moscón dijo...

El forceps es el forceps.
Para la ortodoxia mantiene el nombre con la elegancia del chauvinismo, para la heterodoxia es un separador de nalgas para el caso.
¿Donde quedo eso de vivir con lo nuestro?
¿O lo nuestro es vivir empomados?
Violame a mi vieja pero no me toqués el bolsillo.

Nando Bonatto dijo...

No creo que ni la discusión con el Club de Paris,ni el emprolijamiento del Indec,como tampoco en su momento el pago a la deuda con el FMI sean medidas puramente ortodoxas.Lo seria si fueran acompañadas por el ajuste perpetuo ,la receta amarga constante digamos, de ultima puede ser pragmatismo peroncho al palo
saludos cordiales

Ricardo dijo...

Moscón: nunca vivimos sólo con lo nuestro. Ahora, no creo que apelar al crédito externo, bajo condiciones, sea un empome. Hay que ver, de todos modos.

Nando: además, como decía en el Balance 2013 de diciembre, un par de posteos atrás, no se acompaña esto de una legislación general, eufemizada (sic) generalmente como “seguridad jurídica", propicia para el rapiñaje. Se intenta “seducir", sí, pero no a tontas y locas.